lunes, 18 de julio de 2016

Las palabras de la noche, Natalia Ginzburg

Había imaginado todo con demasiada claridad. Me había imaginado a ti y a mí, aquí, en esta habitación, en esta casa. Había imaginado todo con muchísima exactitud, hasta el más mínimo detalle. Y cuando se ven las cosas futuras con tanta claridad, como si ya estuviesen sucediendo, entonces es señal de que no deben suceder nunca. Porque ya han sucedido, en cierto sentido, en nuestra cabeza, y no se puede consentir que sucedan de verdad.


martes, 24 de mayo de 2016

Anulación, Ángela Figuera Aymerich

No ser ni yo. Ni nadie. Lo más, una pastora
perdida en tu silencio de largas soledades;
sentada en tus tomillos; la luz de la mirada
copiando, sin saberlo, los vuelos de las aves;
caída sin nostalgias sobre el fluir del río;
con el desnudo rostro abierto a tu paisaje,
al viento los cabellos, y la tranquila frente
surcada por un ritmo de pensamientos fáciles...

En el regazo quieto, las manos inactivas
dibujarán un nido de vagas ansiedades.


jueves, 28 de abril de 2016

Las ilusiones, Jonás Trueba

Un primer beso. Es de noche, han caminado y bebido. Se han sentado a hablar en un banco, luego han ido a otro bar y, a la salida, él por fin se ha decidido a besarla. Al despegar los labios, él le pregunta a ella si se encuentra bien. Parece mareada. Se agarra a él, que la rodea con el brazo y la conduce hasta el banco más cercano. Ella le explica que le sucede a menudo. Alguna vez se ha desmayado, perdiendo el conocimiento. Ella le pregunta si va a cuidarla. La pregunta flota, adquiere un significado involuntariamente grave, fuera de lugar. Pero él responde que sí. Y vuelven a besarse.